viernes, 1 de marzo de 2013

Templo Romano de Claudio Marcelo

Como mucha gente lo llama, no es el Templo de Claudio Marcelo, refiriéndose a que fuera suyo o que estuviese dedicado a él. Claudio Marcelo fue el fundador de la ciudad.

El templo del que hoy solo nos quedan sus impresionantes columnas (más si cabe, pues la estatura media en esa época rondaba el metro sesenta). Su definición artística e histórica mente exacta es un templo templo pseudoperíptero, hexástilo y de orden corintio de 32 metros de largo por 16 de ancho. Si desgajamos esa maraña incomprensible para la mayor parte de los mortales sin estudios profundos de arte clásico,un edificio pseudoperíptero es aquel tiene 6 columnas en el pórtico delantero, pero cuyas columnas de los lados están encastradas en los muros del edificio.
                                                       
Su construcción duró unos 40 años, en la segunda mitad del siglo I, y estaba inicialmente dedicada a dar culto al emperador. En el siglo II sufrió algunas modificaciones acordes con una remodelación urbanística que padeció la ciudad. Está construido en mármol de alta calidad y tallado por manos expertas según los arqueólogos.
Actualmente se encuentra en pleno centro, pero en la Corduba Patricia era el límite oeste de la colonia. Tuvieron que derribar parte de la muralla, crear una terraza artificial en un desnivel evidente (que se lo pregunten a los costaleros), y a partir de ahí empezar a edificar alrededor de una plaza amurallada, con una pequeña abertura que conectaba con el circo, que se encontraba en la actual plaza de Jerónimo Paez.

Como en Córdoba somos así, fuimos así y lo que te rondaré morena, lo que viene siendo la conservación del patrimonio se lleva regular. Ha primado mas el interés personal. Desde que, según mi parecer, el templo dejase de tener culto allá por el siglo IV, en la época de los edictos de Milán y Tesalónica, hasta mediados del pasado siglo, no se tuviera conocimiento de su existencia es un poco sospechoso, pero a las informaciones oficiales (la mitad de las veces no reales) me remito.
En las obras para el nuevo ayuntamiento situado en la calle Capitulares (por aquel entonces plaza del Salvador) se descubren los restos de algún vestigio romano. Intervienen el arqueólogo Antonio García Bellido y el arquitecto Félix Hernández y realizan unas labores de reconstrucción. De haber, en su momento, 6 columnas  frontales y 20 laterales con su podio, ahora tenemos unas pocas columnas incompletas, el altar y la base. (Que te gusta un capitel, Abderraman, tu haz tu mezquita pero no te pongas a lo Hugo Cháves "expropiando"). Gracias a estos dos señores antes citados, se encargaron algunos fustes y pilares para la reconstrucción, aunque algunos detalles del templo se llevaron al Museo Arqueológico y para decorar la plaza de las Doblas.
Como ya he dicho, lo de conservar el patrimonio va lento, y hasta 2007 no se ha declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía, un título ínfimo para tener una arquitectura completamente novedosa en el Imperio. Pero en fin, esto es Córdoba, y como nosotros no nos la pongamos por bandera, aquí seguiremos lamentándonos de que no se nos hace caso.